El tradicional encuentro de los amantes de la Montesa Impala lleva más de veinticinco ediciones con una fórmula bien consolidada: un recorrido variado por carreteras viradas y poco tráfico, donde estas motos pueden mostrar todas sus virtudes. Con la única condición de ir sobre una Impala, la ruta permite disfrutar de bonitos paisajes a un ritmo tranquilo, siempre rodeados del característico buen ambiente de los impaleros de las más diversas condiciones.
La organización del Moto Club Impala suele tener cuidado de todos los detalles, desde la señalización de la ruta hasta la comida final con sorteo lleno de regalos motards. Por ello la Impalada es una fecha esperada que acaba reuniendo más de dos centenares de motos casi idénticas, un buen espectáculo por allí donde pasa.