Corría el año 1961 cuando Oriol Regás, gran motorista y aventurero, propuso a Pere Permanyer atravesar África de Ciudad del Cabo a Túnez en moto, un viaje de 20.000 km., como lanzamiento del nuevo modelo de Montesa que estaba diseñando Leopoldo Milá. Le acompañarían Tei Elizarde, campeón de España de motocross y uno de los mejores velocistas del momento, Rafa Marsans y Enrique Vernis, pilotos punteros y habituales de las carreras y rallys, además de empedernidos aventureros.
Montesa aceptó el reto y puso a su disposición 3 motos y el 50% del presupuesto, mientras que el aceite Wynn’s asumió el resto. Se sumó a la expedición Manuel Maristany, alejado del mundo del motor pero con una tarea clave: inmortalizar en papel y en negativo las peripecias de la llamada Operación Impala.
El viaje se inició en enero de 1962 en Ciudad del Cabo. Aparte de los tres prototipos Montesa de 175 c.c. ensamblados en su fábrica de Esplugues del Llobregat se les unió un Land Rover como vehículo de apoyo, adquirido en Ciudad del Cabo y bautizado como “Kiboko”. Las motos también fueron bautizadas con los nombres “Baobab”, “Perla”, y “Lucharniega”.
Llegaron a Isiolo, en la frontera de Kenia con Etiopía, sin problemas a pesar de haber cruzado una de les zonas más peligrosas de África. Cruzaron Etiopía, cruzaron esta vez sin problemas la frontera con Sudán y llegaron cruzando el desierto Nubio, su capital, Jartum. Siguieron la estela del Nilo hasta Alejandría, y desde allí, bordeando el Mediterráneo, hasta Túnez.
Finalmente llegaron a Barcelona como héroes, siendo recibidos por las autoridades civiles y religiosas. Incluso les cantaron un “Te Deum” en la catedral…
Puedes leer el relato completo de la aventura en el libro de Manolo Maristany “OPERACION IMPALA: 20.000 KM EN MOTOCICLETA A TRAVES DE AFRICA” de la editorial CIE DOSSAT 2000.
Las tres motos se conservan formando parte de la colección Permanyer expuesta de forma permanente en el Museu de la Ciència i la Técnica de Terrassa.